Antonio García Nossa, se podría catalogar como uno de los más importantes pensadores Colombianos del siglo XX. Su obra compuesta por aproximadamente 35 libros (algunos de los cuales con varias reediciones), 31 artículos en revistas y 12 ensayos en publicaciones diversas, ha sido editada en Colombia, México, Chile, Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia. En ellas se evidencia una línea de pensamiento en la cual existe una preocupación por la construcción de un pensamiento autónomo explicativo de la realidad Latinoamericana.
Esa producción intelectual podría clasificarse en siete grandes temáticas: El indigenismo; la democracia; los problemas de la dependencia y el atraso de la región latinoamericana; la revolución en el tercer mundo; el desarrollo agrario; el cooperativismo; y, la economía política.
Antonio García Nossa fue también uno de los miembros más connotados de la Universidad Nacional, en su labor de profesor, fundador del Instituto de Ciencias Económicas, hoy Facultad de Ciencias Económicas, y vicerrector académico; igualmente fue fundador y decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano; fundador y director del Instituto Nacional Indigenista; director del Instituto Nacional de Estadística; miembro titular de la Junta de Defensa Económica Nacional y del Consejo Nacional de Economía; Consejero Económico del Ministerio de Economía y de la Contraloría General de la República; Consultor en Reforma Agraria de los gobiernos de Bolivia, México, Ecuador, Chile, Perú y Santo Domingo; profesor de la Escuela Nacional de Antropología de México; profesor invitado de las Universidades Nacionales de México, Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Perú.
En Colombia, como profesor en los años (1937-1951), (1968-1973), (1974-1976), se desempeño primero en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, luego en el Instituto de Ciencias Económicas y en la Facultad de Ciencias Económicas. Estuvo a cargo de las cátedras: Instituciones Económicas, Economía Política, Economía Colombiana, Comercio Internacional, Desarrollo Económico de América Latina, Economía Agraria, entre otras. De esta misma Universidad fue expulsado en dos ocasiones (1950, 1973) por profesar una ideología diferente a la del gobierno de turno.
Es con Antonio García Nossa que se inician los estudios de Economía Política en el país. Uno de sus legados más importantes y de mayor trascendencia fue la fundación del Instituto de Ciencias Económicas. Es a través de esta institución que tuvieron eco sus ideas en Colombia y sus estudiantes se han encargado de difundirlas en el tiempo (Jorge Child, Raúl Alameda, Carlos Rugeles, José Consuegra, Luis Emiro Valencia).
Es en el campo de la Economía Política, en que, García publica una de sus obras más sistemáticas: Bases de Economía Contemporánea y cuyas ideas circularon en los cursos del Instituto de Ciencias Económicas por él fundado.
Adelantar un estudio de su obra permite adentrarnos en el conocimiento de las ideas que buscaron forjar un pensamiento autónomo para América Latina, en los planteamientos de un personaje que hace parte de "la generación que surgió a la vida nacional en los años treinta y se afirmó en la década siguiente. …los políticos liberales Carlos Lleras Restrepo y Alfonso López Michelsen, los historiadores y analistas sociales Luis Ospina Vásquez, Guillermo Hernández Rodríguez, Luis Eduardo Nieto Arteta, (Alfonso Palacio Rudas, Abdón Espinosa Valderrama), … los escritores Germán Arciniegas, Eduardo Caballero Calderón, Aurelio Arturo y Jorge Zalamea. Todos ellos nacieron durante los primeros quince años del presente siglo y su formación estuvo a cargo de la fogosa generación del Centenario, el grupo que alcanzó un marcado estatus directivo en la política, la cultura y los negocios en los últimos años de la hegemonía conservadora"(Cataño, 1999:133).
Contexto teórico
Antonio García ha sido ubicado dentro del conjunto de figuras carismáticas del país por Tejeiro y Mayor (1993), en el ámbito de la profesionalización de la economía en el país. Para los autores la teoría intermedia del carisma desarrollada por Merton, permite comprender mejor los fenómenos irracionales que corren paralelos con la profesionalización en Colombia de un oficio que se supone es el summun de la racionalidad y permite ponderar la influencia de las personalidades en el desarrollo de la disciplina.
Sostienen que en economía la autoridad ha sido muy fuerte. En Colombia fue Alejandro López uno de los primeros en agrupar y difundir entre sus seguidores el paradigma marginalista. Antonio García en la Universidad Nacional hizo sus primeras investigaciones económicas, Carlos Lleras Restrepo impulso los modelos cepalinos con un fuerte acento pragmático. Nieto Arteta, introduce el paradigma marxista, que tuvo una importante influencia en los estudios de historia económica del país y posteriormente se destaca la obra de Mario Arrubla (1962).
El carisma y la autoridad, son criterios que confieren condiciones especiales a personas que se destacan en una actividad, las cuales son posibles cuando hay una infraestructura adecuada y un ambiente académico favorable. Ese ambiente lo encontró García en el exterior y en un espacio temporal muy específico en Colombia.
Para estos autores Antonio García junto con Hernán Echevarria y Lauchlin Currie fue posible la presencia de distintas corrientes teóricas en economía en el país debido a su carácter carismático y a que estas personalidades son proto-economistas formados en otras disciplinas.
En el ámbito de la historia intelectual en el país tres trabajos abordan, desde perspectivas un tanto diferentes, la vida y obra, de personas que se han destacado por sus ideas y su aporte a los debates nacionales de carácter político, económico y social: Gonzalo Cataño (1999), Alberto mayor (2001), Malcolm Deas (1996).
El primero de ellos compila un conjunto de ensayos de diversas personalidades que se interesaron por la historia y la sociología, en los cuales abordan los siguientes aspectos: los ambientes, es decir, los contextos sociales e intelectuales que rodean la actividad de un pensador; los contextos institucionales y los círculos sociales dentro de los cuales se desarrollan las ideas, ellos constituyen las mediaciones entre las demandas de la sociedad y las experiencias cotidianas de los intelectuales; los aspectos internos de la obra de un escritor, allí la mirada se centra en la reconstrucción de los textos en el significado de los conceptos, en su encadenamiento lógico y en sus limitaciones o eventuales contradicciones; y, la exploración y organización por primera vez la dirección y alcance de la obra de un escritor (Diego Mendoza, Nicolás Pinzón, Rafael Carrillo).
En el segundo caso, Alberto Mayor (2001) hace una biografía intelectual de Alejandro López, presentándolo como una "herencia olvidada, tratando de descifrar una de las más intensas personalidades de la escena política e intelectual colombiana de la primera mitad del siglo XX, sobre la base de la vinculación estrecha de la vida y obra con las circunstancias que el personaje enfrentó"(Mayor, 2001:15), como la figura del intelectual moderno que enfrentó cara a cara los poderes de su época.
Busca "rescatar, no tanto al personaje, cuyos rasgos biográficos incompletos caen a veces en la biografía tradicional colombiana –comprometida o plena de discreción y autocensura-, sino la fuerza del método (subrayado mío) que le permitió llegar a una visión unitaria del país y de sus problemas. Es decir el camino por el que López llegó a pensar el país y buscar su modernización, no ya dentro de los viejos moldes decimonónicos a imitación de los viejos países europeos avanzados, sino dentro de un modelo que unificara economía, política y estructura social sobre la base de una cultura nacional propia"(Mayor, 2001:16).
Finalmente, el historiador inglés Malcolm Deas, en Vida y opiniones de Mr William Wills, nos invita a descubrir en la existencia individual de Mr Wills las contradicciones de la época en que vivió (siglo XIX), resaltar su vida y sus polémicas. Busca mostrar, de un lado, que los debates económicos de su personaje son más que económicos, en ellos existe la necesidad de resaltar y favorecer los elementos dinámicos; y de otro lado, que cualquier teoría económica está ligada a visiones no económicas de la sociedad, de la naturaleza humana, del destino de la nación, entre otros.
Con estos elementos de referencia, el énfasis principal, en el estudio de la obra de García, estará puesto en los aspectos internos de la obra, en la reconstrucción de los textos, en el significado de los conceptos utilizados, el orden lógico de los mismos, en la fuerza del método.
Alrededor de esos aspectos, se buscará establecer, los elementos políticos, sociales y culturales así como la tradición de pensamiento que nutre la obra de Antonio García. Es preciso indagar por la filiación de sus ideas (el marxismo, la escuela histórica alemana, la economía política en sus distintas vertientes) y la manera como todas ellas fueron siendo adaptadas a un discurso de carácter latinoamericanista.
Así mismo, se tendrá como referencia el contexto institucional, político y económico en el que se desarrollo la obra de García, de modo que permita establecer el sentido de los públicos a los cuales intentó dirigirse el autor.
Fuente: Universidad Nacional de Colombia